Retraso del Lenguaje (RL)
Este es un desfase en la adquisición del lenguaje. En este, el niño lo va adquiriendo con pautas evolutivas de normalidad (Pérez y Salmerón, 2006). Suele identificarse entre los 24 y 36 meses, dado que el niño presenta un vocabulario, una sintaxis y una morfología muy pobre, por lo que presenta patrones lingüísticos que corresponden a niños más pequeños (Acosta et al., 2012).
El Retraso del Lenguaje se debe a un retraso madurativo y/o a factores socioculturales, como pueden ser las interacciones con sus familias o el entorno de la escuela. Además, un niño que presenta este retraso puede evolucionar y suprimirlo, siempre y cuando se intervenga desde edades tempranas ya que, si no es posible que se transforme en trastorno. Los niños con RL suelen trabajar con programas de estimulación y terapia articulatoria (Acosta et al., 2012).
Existen estudios que muestran que el RL es más común en niñas que en niños (Acosta et al., 2012).
Trastorno Específico del Lenguaje (TEL)
Es un trastorno duradero que afecta a la adquisición del lenguaje dado que existen alteraciones en uno o varios componentes del lenguaje, tanto a nivel de expresión como de comprensión (Muñoz y Carballo, 2005). Generalmente, se puede diagnosticar a partir de los 4 años de edad (Acosta et al., 2012). Su causa se desconoce, pero numerosos estudios sugieren que tiene un vínculo estrecho con la genética (NIDCD, 2011). Los niños con TEL presentan un pobre funcionamiento cognitivo, un déficit en el procesamiento general y temporal, y en la memoria de trabajo fonológico (Acosta et al., 2012) (Muñoz y Carballo, 2005). Estos necesitan una intervención intensa y
frecuente (Acosta et al., 2012).
Respecto a la fonología, estos niños suelen tener problemas en la
discriminación de fonemas, por lo que desarrollan conductas de
evitación al interactuar con los demás. Existe un efecto cascada
entre la fonología, la morfología y el léxico dado que presentar
habilidades fonéticas restringidas provoca que no se adquiera bien
el vocabulario, y al presentar un vocabulario reducido incita a
realizar verbalizaciones limitadas (Muñoz y Carballo, 2005).
La morfología es una de las dimensiones dañadas más frecuentes
en niños con TEL. Estos suelen tener dificultades en los tiempos
verbales, en relación con la concordancia de género, número,
tiempo y modo. Además, está muy relacionado con el componente
léxico dado que el uso de la morfología depende de la cantidad de
vocabulario que el niño haya adquirido (Muñoz y Carballo, 2005).
En cuanto al componente semántico, los niños con TEL tienen
problemas en aprender nuevas palabras. Además, tienen afectada
la memoria a corto plazo, lo que provoca que pierdan información
para aprender nuevo vocabulario (Muñoz y Carballo, 2005).
Trastorno de la Comunicación Social (TCS):
Según el DSM-V (APA,
2013) es un trastorno del lenguaje que provoca que el individuo tenga
dificultades para comunicarse con los demás de manera apropiada. Este
se caracteriza por presentar deficiencias en la socialización, problemas
en la capacidad de adaptarse al contexto, dificultad para seguir las normas
y reglas de conversación y para comprender las indirectas e ironías. Por
ello, estas deficiencias conllevan a tener problemas en la comunicación,
participación social y logros académicos o laborales (González et al,
2015).