Dimensiones del lenguaje: Forma, contenido y uso

I. Primera dimensión: Forma del lenguaje
Esta dimensión que atiende a la forma del lenguaje escolar tiene dos grandes ámbitos: la fonología y la morfosintaxis, aunque existen autores que prefieren separar la morfología y la sintaxis. 

01. La fonología
01.1. Definición del término
La Real Academia Española (1992), la palabra fonología es un término que proviene de la unión de dos vocablos griegos fono y logía, cuyo significado es el tratado o estudio de los sonidosDe forma figurativa es la fonética. Es una rama de la lingüística que estudia los elementos fónicos, atendiendo a su valor funcional dentro del sistema propio de cada lengua. Suele dividirse en dos aspectos importantes: la fonemática y la prosodia.

• Fonemática: Estudia los fonemas, término que proviene del griego y significa la representación del sonido de la voz. Son fonemas cada una de las unidades fonológicas mínimas que en el sistema de una lengua pueden oponerse a otras en contraste significativo, a saber, las consonantes iniciales de dos palabras diferentes como son: pozo y gozo; mata y bata, en las consonantes interiores como: cala y cara; o en las consonantes finales como: par y paz. O bien pueden cambiar las vocales, tales como: de tan y ten, sal y sol, etc. Dentro de cada fonema caben distintos alófonos. Los alófonos son cada una de las variantes que se dan en la pronunciación de un mismo fonema, según la posición de éste en la palabra o sílaba, según el carácter de los fonemas vecinos, etc., por ejemplo: la /b/ oclusiva de tumbo y la fricativa de tubo, ambos son alófonos del fonema /b/.

• Prosodia: Se entiende por prosodia una parte de la gramática que enseña la correcta pronunciación y acentuación. Pero además, tiene otras acepciones tales como el estudio de los rasgos fónicos que afectan a la métrica, especialmente de los acentos y de la cantidad. 

01.2. Contenidos de la fonología
• La voz: Si es normal, débil, fuerte, susurrada, ronca, nasalizada o monótona.
• Las características de la expresión: Comprende la observación de los aspectos siguientes:
– Fonemas vocálicos, fonemas consonánticos.
– Reduplicación de sílabas, tales como: mamama, bababa, etc.
– Si el niño produce balbuceo y, si es así, observaremos si reproduce la melodía del lenguaje normal.
– Los grupos consonánticos o sinfones propios del idioma español (pl, bl, cr, tr, gl, gr, bl, br, etc.).
– Alteraciones fonológicas: Procesos fonológicos de simplificación, TSH, Disartrias y autocorrecciones.
• La inteligibilidad: Hay que detectar qué tanto por cien se le entiende lo qué dice y cómo lo dice: bien, regular, casi nada.

01.3. Procesos de simplificación fonológica
• El primer bloque está relacionado con la estructura de la sílaba. Este fenómenos se da en los niños pequeños en su tendencia a reducir la sílaba al esquema más simple, consonante y vocal (CV) o bien simplificar el número total de sílabas que componen la palabra

• El segundo bloque, se refiere a los procesos de asimilación, a la sustitución de un segmento por otro que se encuentra en la misma palabra. Y pueden ser de muchos tipos, a saber: regresivas o progresivas si están antes o después del segmento afectado; contiguas o alejadas según la cercanía del segmento alterado; y pueden ser parciales o totales si el sujeto la altera totalmente o sólo alguno de sus rasgos.

• El tercer bloque de esta categoría es el proceso de sustitución cuando el niño sustituye los sonidos por otros próximos pero más fáciles de pronunciar.

a. Oclusivas, africadas y fricativas: Este proceso se conoce como homorgámico, en el cual el niño sustituye las fricativas y las africadas por una oclusiva que tiene el mismo punto de articulación pero con rasgos diferentes. Los ejemplos pueden ser: /pesa/ por /fresa/. Dentro de este proceso se puede mencionar otro aspecto relacionado que se le denomina anteriorización y se produce cuando se cambian las palatales y velares por alveolares. Como por ejemplo /boma/ por /goma/.

b. Nasales: El proceso de sustitución homorgámica de las nasales no es muy habitual en el niño. El ejemplo más significativo es, por ejemplo /baqueta/ por /maqueta/.

c. Líquidas: En este proceso de sustitución de los fonemas líquidos se pueden producir tres aspectos: el primero es la sustitución de la /l/ y /r/ por /d/ que suele aparecer en edades muy tempranas en niños normales y en sujetos con problemas o alteraciones del lenguaje, no suele ser muy frecuente y se produce cuando se cambian los fonemas líquidos por uno dental sonoro. E l segundo, es la sustitución de una líquida por una semiconsonante que corresponde a las vocales /u/ e /i/; /w/ y /j/ en posición prenuclear en diptongos. Los ejemplos más claros se dan en palabras muy cotidianas como /wevo/ por /huevo/ y /mjel/ por /miel/ . El tercero, se refiere a la sustitución de una líquida por otra, este fenómeno se conoce por rotacismo, y se produce al sustituir las líquidas entre sí. Los ejemplos más frecuentes es sustituir la /r/ por una /l/ o al revés. E l ejemplo puede darse al pronunciar /lana/ por /rana/.

d. Semiconsonantes: Este proceso de sustitución se da en el niño cuando utiliza una fricativa por una semiconsonante.

e. Consonantes silábicas y vocales: Dentro de este proceso se ha de atender a dos aspectos importantes: la vocalización, si existe una sustitución del elemento silábico por una vocal y la neutralización, por la cual se sustituyen todas las vocales por /a/. Ejemplo /masa/ por /misa/.

f. Uso del seseo y ceceo: Se produce el seseo cuando se sustituyen los fonemas /z/ por la /s/. Y, en el ceceo, la sustitución es de /s/ por /z/.

g. Metátesis: Esta sustitución consiste en el cambio de lugar de un sonido. Como por ejemplo: /Pierda/ por /piedra/.

02. La morfosintaxis
Algunos autores de orientación lingüística moderna prefieren la palabra morfosintaxis, sin embargo, existen otros estudiosos del lenguaje que prefieren separar ambos conceptos, es decir, la morfología y la sintaxis, por considerar matices diferentes entre ambos aspectos.

02.1. Definición del término
La Real Academia del Lenguaje (1992), define el término morfología como el tratado o estudio de las formas de las palabras. Mientras que el término sintaxis la define como parte de la gramática que enseña a coordinar y unir las palabras para formar oraciones y expresar conceptos. Actualmente, muchos autores de orientación lingüística moderna prefieren o sugieren el término morfosintaxis para definir la estructura interna de las palabras y las reglas de combinaciones de los sintagmas en las oraciones que se forman tanto al hablar como al escribir. Ambos términos forman lo que tradicionalmente se denominó gramática.

02.2. Contenidos de la morfosintaxis
• Formación de las frases simples
• Reglas de la secuencia de una oración
• Oraciones coordinadas
• Oraciones subordinadas
• Nombres
• Artículos
• Género y número
• Verbos
• Adjetivos
• Adverbios
• Conjunciones
• Preposiciones
• Alteraciones de la morfosintaxis

02.3. Procesos evolutivos de la morfosintaxis
• Prelenguaje: La primera etapa comprende desde los 0-6 primeros meses del bebé hasta los 12 meses. En ese periodo del primer año, el bebé al principio hace vocalizaciones no lingüísticas biológicas, alrededor de los 8 meses, las vocalizaciones presentan algunas características del lenguaje propiamente dicho, es capaz de tener entonaciones, ritmo y tono, por ejemplo. Alrededor de los 10 meses comienza una preconversación, y vocaliza como contestación al lenguaje del adulto y puede acortar o alargar las vocalizaciones en función de la respuesta al adulto. Ya alrededor del año, el niño es capaz de comprender algunas palabras cotidianas y familiares. Sus vocalizaciones son más precisas y controla el ritmo, la intensidad y la altura tonal. Es capaz de agrupar sonidos y sílabas repetidas según su libre albedrío.

• Desarrollo sintáctico: La segunda etapa comprende desde el primer año hasta los 30 meses aproximadamente y se da un crecimiento cuantitativo a nivel de comprensión y producción oral. E n este estadio de desarrollo aparecen las primeras palabras funcionales, así como una generalización semántica, como por ejemplo si en su casa hay animales que conoce como el gato, todos los animales serán “gato”. La tercera etapa, alrededor de los dos años, el niño ya puede hacer enunciados de dos elementos aunque no tengan la coherencia de nexos correcta, puede decir por ejemplo: “mamá//agua”. También aparecen las primeras flexiones y el uso de las oraciones negativas con el “no” aislado que suele colocar al principio o al final de la frase, por ejemplo “no comer” o bien “comer no”. Y al final de este periodo, la cuarta etapa, puede hacer las primeras interrogaciones con ¿qué? y ¿dónde? Cuando el infante alcanza los 30 meses presenta una forma de hablar que se denomina habla telegráfica porque no utiliza las palabras-función, es decir, los artículos, las preposiciones, flexiones de género, etc., aunque sí pueden aparecer frases con tres elementos con una estructura de N-V-N, como por ejemplo: pepe come pan.


II. Segunda dimensión: Contenido del lenguaje
Se refiere al contenido del mismo, es la que permite un análisis de las palabras y hacer diferentes combinaciones de las mismas para que tenga sentido el mensaje que se emite.

01. La semántica
La semántica es la que estudia el contenido del lenguaje y supone el análisis del significado de las palabras y las combinaciones de palabras

01.2. Definición del término
La Real Academia Española (1992), expone que la palabra semántica significa el estudio del significado de los signos lingüísticos y de sus combinaciones desde un punto de vista sincrónico o diacrónico. También se podría definir como parte de la lingüística que estudia el sentido o significado de los signos lingüísticos

01.3. Contenidos de la semántica
Para Crystal (1981), la dimensión de la semántica es muy compleja y debería subdividirse en diversos apartados para poder ser analizada exhaustivamente, puesto que el significado surge según las formas de relación que tiene el individuo con el mundo extralingüístico de los objetos, ideas y experiencias de vida.

Sin embargo, Acosta et al. (2002: 90), sugieren la idea de que el análisis de la dimensión semántica se puede abordar desde dos procesos básicos del lenguaje, a saber: la comprensión y la producción. Estos dos procesos básicos también los denomina como vocabulario expresivo y comprensivo. Pero también se ha de considerar que dentro de ambos procesos se han de analizar los tipos de significados.

1. La comprensión: El proceso de comprensión semántica está relacionado con el reconocimiento de palabras, locuciones y frases, así como la evocación de los objetos, actos y relaciones que representan. Es un proceso que no es muy fácil de detectar, pero existen algunas pautas de recogida de datos. En la primera infancia se debe evaluar la comprensión a través de la actividad psicomotriz del infante. La interpretación que hace el niño de los significados de las palabras y de las frases está derivada de cómo ve las cosas en el mundo real. Posteriormente, se llegará a la conceptualización y a la codificación lingüística. A veces, algunos niños con trastornos del lenguaje en grados profundos no llegan a desarrollar el lenguaje, pero pueden alcanzar la conceptualización a través de sistemas alternativos de comunicación, si su capacidad cognitiva no está disminuida.

2. La producción. En el plano de la producción en el campo de la semántica se expresa mediante elementos formales, tales como: habilidad para seleccionar la palabra adecuada para referirse a las personas, animales, objetos y acciones, así como: entonación pertinente y organización coherente de los elementos de la frase que permite expresar las ideas, conceptos, sentimientos, emociones, sensaciones, etc.

3. Tipos de significados. Dentro de ambos procesos, de comprensión y de producción se pueden diagnosticar diferentes tipos de significados:
• El significado del léxico. En semántica lingüística, las palabras con significado léxico son los nombres, los verbos y los adjetivos. También se les denomina palabras llenas, cerradas o menores. Permiten hacer categorías de palabras, como por ejemplo: “las casas”, “los coches”, “los animales”, etc. Estas categorías dependen de un criterio o rasgo específico que se conoce por campos semánticos o léxicos, si continuamos con los ejemplos anteriores de las categorías: de la categoría de los “coches”, podríamos hacer campos semánticos con: “coches de transporte”, “coches de carreras”, “coches camiones”, etc.

Así podemos tener rasgos semánticos, lo cual implica definir el significado léxico con la representación del significado de la palabra. Son rasgos que definen el referente y pueden ser de dos tipos: a) generales como características referidas a todo tipo de seres, género, localización, etc. Como por ejemplo, el rasgo ser humano; y b) específicos, son los rasgos inherentes que permiten diferenciar un referente de otro dentro de una misma categoría de palabra. Dentro de un rasgo más general: los específicos podrían ser hombre y mujer.

• Sobreextensión del significado. Se refiere al hecho de que el niño pequeño con un término “perro”, incluye a todo tipo de animales que conoce: gato, vaca, toro, tortuga, etc., la cualidad esencial es que tienen cuatro patas. O tras propiedades pueden ser la talla, el sonido, el movimiento, textura, color y tacto.

• Infraextesión del significado. Es lo contrario del anterior, y se refiere al uso exclusivo de una palabra para un subtipo de los referentes en la categoría adulto, como por ejemplo: para un bebé puede ser coche cuando el vehículo viene y no para los que se alejan.

• Referente erróneo. Se refiere al uso de una palabra que el niño oyó y aplicó en un determinado contexto y que no corresponde a la realidad. Es decir, asoció a una palabra un concepto equivocado.

• Palabras deficitarias. El niño usa las palabras deficitarias cuando sabe el significado de una palabra, pero le falta la forma fonológica para expresarla como el adulto. Así, puede utilizar la palabra “ayer” para referirse a lo que hizo antes de comer. También puede usar proformas, como los pronombres impersonales como “eso”, o “aquello”, términos descriptivos como “cosa” o proverbos como “hacer” en lugar de otros verbos más específicos.

• El significado semántico-gramatical. Se refiere al resto de las palabras que no son nombres, verbos o adjetivos. Por tanto nos referimos a las preposiciones, conjunciones, determinantes, adverbios y pronombres.

• El significado relacional abstracto. Se expresa mediante relaciones entre seres, objetos y eventos. Lo proporcionan las preposiciones y conjunciones: “y”, “en”, “entre”.

• El significado contextual. Lo proporcionan de los pronombres: “yo”, ”tú” o adverbios “dónde”, cuándo”, “ahora”, etc., también se les denomina términos deícticos.

• El significado figurativo. Este tipo de significado lo proporcionan los modismos: “ponerse los pelos de punta”; las metáforas: “negra como la noche”, “blanca como la nieve”, “limpio como una patena”; los proverbios: “más vale pájaro en mano que cientos volando”, “a dios rogando y con el mazo dando”; los chistes y las adivinanzas, se apartan del significado literal usual y valoran lo inesperado: “por el camino va caminando un bicho” ¿Qué bicho?", “plata no es, oro tampoco ¿Qué es?”, etc.

01.4. Procesos evolutivos de la semántica
Las pautas evolutivas del desarrollo de la dimensión semántica dependen de múltiples variables que no permiten establecer un nivel de desarrollo cronológico. Sin embargo, autores como Monfort y Juárez (1989) señalan algunas pautas o características evolutivas de la mencionada dimensión en el campo de la comprensión:

• De 0 a 12 meses, el bebé entiende más o menos tres palabras diferentes.
• Del primer año hasta el segundo, la adquisición de palabras diferentes que entiende el niño es mucho mayor y más rápido, pudiendo entender alrededor de 250 palabras.
• Hasta los cuatro años, el niño continúa aumentando su vocabulario y también crece su mejor uso del lenguaje. A esta edad ya puede jugar con el lenguaje y formular preguntas.
• Hacia los cinco años, al final de la educación infantil, el niño ya puede entender y utilizar entre 2.000 y 2.200 palabras.
• Hacia los seis años, el alumno que ya entra en otra fase, y en el nivel escolar de primaria, ya puede entender alrededor de 3.000 palabras. A partir de esta edad dependiendo de numerosas variables como son: estimulación, motivación, socialización, escolarización, etc.

En el campo de la producción, la mayoría de los investigadores estiman que el vocabulario de producción representa aproximadamente el vocabulario comprensivo. Autores como Rondal (1982), Espin (1987), Acosta et al. (2002), describen rasgos significativos en diferentes estadios cronológicos:
• Alrededor de los dos años, aparecen las preposiciones “a”, “de”, “para” y “con”.
• Alrededor de los 36 meses, se amplían las preposiciones de lugar “en”, “sobre” y adverbios de lugar “debajo”, “atrás”.
• Alrededor de los cuatro años, siguen ampliándose las preposiciones “ante” y los adverbios de tiempo “después”, “mientras”, contrastes espaciales: delante, atrás, arriba, abajo, derecha, izquierda, enfrente, al lado, etc.
• Alrededor de los seis años, ya en primaria, puede utilizar correctamente los adjetivos, los nombres, y pronombres. Distinguen los pronombres posesivos, “mío”, “tuyo”, etc. comprenden las nociones de tiempo: “hoy”, “mañana”, “ayer”, “después”, “antes”, etc.
• Ya posterior a esta edad entran otros conceptos más complejos de adverbios y preposiciones de espacio y tiempo, predominan los infinitivos y participios. Ya puede utilizar sinónimos y antónimos, clasificar palabras y asimilar términos de parentesco.

III. Tercera dimensión: Uso del lenguaje
La tercera dimensión del lenguaje, que corresponde a la pragmática. Su función es muy importante, porque implica la utilización del lenguaje intencional en el niño que le permite tener una interacción social y comunicación con el medio que le rodea.

01.1. Definición del término pragmática
Según el Diccionario de la Real Academia Española de la lengua (1992), el término pragmática procede del latín y una de sus acepciones es: disciplina que estudia el lenguaje en relación con los usuarios y las circunstancias de la comunicación. Otros autores nos ofrecen otras definiciones que están en la misma línea que la expuesta anteriormente, así, por ejemplo la que ofrecen Acosta et al. (2002: 34), es una dimensión del lenguaje que se ocupa del conjunto de reglas que explican o regulan el uso intencional del lenguaje, teniendo en cuenta que se trata de un sistema social compartido y con normas para su uso normalizado en determinados contextos.

01.2. Contenidos de la pragmática
Según María Soprano (1997: 83), quien propone una guía de observación durante la “hora de juego lingüística”, señala los aspectos de la pragmática y las conductas no verbales a tener en cuenta en la exploración:
• Aspectos de interacción verbal. Según la autora, se debe observar si inicia fácilmente el diálogo y si su habla es fluida; si no habla espontáneamente de debe insistir o provocar la conversación. Observar si existe tensión corporal al emitir la palabra; si formula preguntas al experto y de qué tipo son: acción, atención, información, objeto, confirmación, u otras. S e valorarán las respuestas del niño al profesional: si es inmediata, con latencia, si está ausente, o fuera de contexto, si el discurso es coherente o no, si se ajusta al tema y a los cambios de turnos de la conversación. Si es flexible y si tiene sentido del humor.

• Interés por el juego interactivo. Se observará si busca la participación del experto, si prefiere jugar solo o en paralelo, si evita contacto corporal o no mira a los ojos, si organiza el juego con objetos presentes, si persevera en un tema, si verbaliza y autorregula sus conductas lúdicas y, sobre todo, si utiliza la imaginación: hacer como si…

• Comunicación no verbal. Es importante observar si el infante se comunica sólo por gestos, miradas, sonrisas, movimientos corporales, estereotipias motoras; o por el contrario, presenta reacciones afectivas, como por ejemplo: la rabia, el enfado, la protesta, la risa, el llanto, etc. Finalmente, interesa registrar si comprende los gestos, las miradas, es decir, el lenguaje no verbal del diagnosticador.

• Rasgos de conducta adaptativa. Se pretende recoger datos sobre su conducta durante la interacción con el profesional del lenguaje, si es hiperactivo, dócil, tímido, observador, tranquilo, huraño, excitado, cariñoso, miedoso, inexpresivo, negativista, obediente, ansioso, etc.

01.3. Categorías pragmáticas
La pragmática es una dimensión del lenguaje que permite estudiar el uso que hace un alumno para realizar las intenciones, los deseos de obtener algo o de comunicación con su medio ambiente. Por eso, en el nivel de educación infantil y los primeros ciclos de primaria y, sobre todo, los sujetos que presentan alguna alteración o trastorno del lenguaje se ha de tener en cuenta dos grandes categorías pragmáticas:

1. La categoría de la comunicación. Esta categoría se refiere a la motivación del hablante, a las metas que se propone y los fines que pretende conseguir al comunicarse con otra persona. La propuesta que hacen varios autores como, por ejemplo: Halliday (19775), Del Río (1993) y A costa et al. (2002:37), nos parece interesante y la sintetizamos, a
continuación, en estas tres etapas de la comunicación:

• Primera etapa de la comunicación, corresponde hasta los 18 meses. En la que aparecen hasta 7 funciones diferentes: la instrumental o uso del lenguaje para cubrir sus necesidades; la reguladora para controlar la conducta de los demás; la interactiva para relacionarse con los demás; personal, que tiene que ver con su afirmación como yo; heurística, que le permite investigar y aprender cosas, y el porqué; la imaginativa, en la que recrea y proyecta lo que el niño quiere y, finalmente la ritual, que supone el aprendizaje de normas de convivencia.

• Segunda etapa de la comunicación, suele presentarse alrededor de los 24 meses. Sus funciones básicas son: la pragmática como lenguaje en acción, parte de las funciones instrumental y reguladora; la matética o de aprendizaje, que parte de la personal y heurística. La informativa en la que el lenguaje es el instrumento de mensajes de información.

• Tercera etapa de la comunicación, se presenta a partir de los 24 meses en adelante. Esta fase tiene varias funciones básicas: la ideacional o función pragmática, con ella el niño puede hablar del mundo y es una evolución de la anterior, la matética; la textual o habilidades comunicativas, que permite codificar y decodificar el significado de las palabras y frases; exponentes lingüísticos o habilidades sociales, que permite usar los aspectos formales del lenguaje, disculparse, dar las gracias, etc.

2. La categoría de la conversación. La conversación es el intercambio de información entre una o varias personas, se que produce en un contexto social y que permite poner en práctica ciertas habilidades del lenguaje /comunicativas y sociales. Para hacer un diagnóstico escolar del lenguaje en la dimensión de la pragmática se deben tener en cuenta seis aspectos básicos:
• La capacidad de organización de la conversación, si el alumno sabe las reglas de la misma, los turnos de intervención y saber escuchar para luego responder.
• La capacidad de mantener el tema, si el discente sabe hablar de los diferentes aspectos del tema elegido o, por el contrario, salta de uno a otro sin mantener el diálogo coherente, no sabe cuando empieza ni termina.
• La capacidad de adaptarse a los roles, situaciones y participantes de la conversación. Cuando el sujeto es consciente de la situación o contexto de comunicación y de las personas que participan en la misma.
• Las habilidades deícticas que proponen Belinchón et al. (1992) y se refieren, en concreto, a las habilidades de designación, y señala, primero, las referidas a la persona, para ello ha de conocer los pronombres personales y posesivos y los nombres comunes y propios; segundo, las habilidades de designación de lugar, que indican el conocimiento de los adverbios; y tercero, las habilidades de designación con respecto al tiempo, que nos informan de uso de los adverbios y verbos.
• La capacidad de coherencia del discurso, en el cual el infante nos demuestra su habilidad de centrarse en el tema de discusión y ver los diferentes aspectos del mismo. Y saber si las expresiones que utiliza están dotadas de significación según el contexto discursivo.
• La capacidad metapragmática o la habilidad de hablar de los aspectos más importantes de la misma pragmática.