Sistema Nervioso Periférico (SNP)



El sistema nervioso periférico (SNP) incluye: (1) los nervios craneales con sus raíces y ramas (ramas), (2) los nervios periféricos (espinales) y (3) las partes periféricas del sistema nervioso autónomo. Los ganglios periféricos son grupos de cuerpos de células nerviosas ubicados fuera del SNC que forman un agrandamiento de un nervio o de dos o más nervios en su unión. Son principalmente de naturaleza sensorial, aunque los ganglios motores se encuentran particularmente en el sistema nervioso autónomo.

Nervios espinales
Los nervios periféricos espinales se describen como nervios mixtos, lo que significa que transportan fibras sensoriales y motoras. Cada nervio espinal está conectado a la médula espinal por dos raíces: la raíz anterior y la raíz posterior. La raíz anterior del nervio espinal consta de haces de fibras nerviosas que transmiten impulsos nerviosos desde el SNC. Estas fibras nerviosas se denominan fibras eferentes.

Las fibras eferentes que van a los músculos y los hacen contraerse también se denominan fibras motoras. Las fibras motoras de los nervios espinales se originan a partir de un grupo de células o núcleos motores en la médula espinal llamados células del asta anterior (ventral). Las células del asta anterior son el punto de sinapsis, o conexión, con los nervios espinales cuando salen del neuroeje. Cuando los impulsos nerviosos abandonan el neuroeje, alcanzan lo que el gran neurofisiólogo británico Charles Sherrington (1857-1952) denominó la vía común final, o la ruta terminal de todos los impulsos nerviosos que actúan sobre los músculos.

La raíz posterior del nervio espinal consta de fibras aferentes que transportan información sobre las sensaciones del tacto, el dolor, la temperatura y la vibración al SNC a través de la médula espinal. También se les llama fibras sensoriales. Los cuerpos celulares de las fibras sensoriales son una hinchazón en la raíz posterior del nervio espinal llamada ganglio de la raíz posterior.

Las raíces motoras y sensoriales salen y entran en la médula espinal en los agujeros intervertebrales, donde las raíces se unen para formar un nervio espinal. En este punto, las fibras motoras y sensoriales se mezclan.

Se han desarrollado principios clínicos basados en la organización de las raíces espinales que se pueden utilizar cuando se produce daño en la médula espinal o en los nervios espinales. Primero, recuerde que se puede hacer una generalización de que la mitad anterior o ventral de la médula espinal se dedica a la actividad motora o eferente, y la mitad posterior o dorsal se dedica a la actividad sensorial o aferente. Las actividades motoras y sensoriales afectadas dependen del sitio específico de la lesión en la médula espinal. Una lesión, o área dañada, afecta las actividades motoras y/o sensoriales en y por debajo del nivel de la médula dependiendo del sitio específico de la lesión y las pistas particulares interrumpidas. Naturalmente, las lesiones grandes en la médula espinal afectan tanto las funciones sensoriales como motoras.



Si hay una lesión de la médula espinal alta o una lesión a nivel de las vértebras cervicales, la producción del habla puede verse afectada porque los músculos respiratorios están controlados por los nervios espinales que salen de los agujeros intervertebrales de las regiones cervical y torácica. Los nervios frénicos, que suministran señales motoras al diafragma, se originan principalmente en C4, pero también hay contribuciones de C3 y C5. Si se detiene la respiración, la muerte puede seguir con una lesión por encima de los nervios cervicales tercero, cuarto y quinto. Las lesiones de la médula espinal que involucran la porción caudal de la médula no afectan la producción del habla, pero son de interés para el fonoaudiólogo, que puede trabajar con pacientes con lesión de la médula espinal en el lenguaje u otros problemas relacionados. Estas lesiones son instructivas para comprender el efecto de las lesiones en varios niveles del sistema nervioso. Las lesiones en la médula espinal pueden producir pérdida parcial o total de la función al nivel de la lesión. La función también se altera total o parcialmente por debajo del nivel de la lesión. Las lesiones de la médula espinal deben considerarse muy graves porque afectan funciones más allá de las controladas directamente en el punto de la lesión.

Nervios craneanos
Los nervios craneales, en contraste con los nervios espinales, son de mayor importancia para el fonoaudiólogo porque la mayoría de los nervios craneales tienen alguna relación con el proceso del habla, el lenguaje y la audición y 7 de los 12 nervios están directamente relacionados con la producción del habla.

En la disección, los 12 pares de nervios craneales parecen cordones delgados de color blanco grisáceo. Se componen de haces de fibras nerviosas rodeadas de tejido conectivo. Al igual que los nervios espinales, están relativamente desprotegidos y pueden resultar dañados por un traumatismo. Los nervios craneales salen del cerebro y pasan a través de los agujeros del cráneo para llegar a los órganos de los sentidos o músculos de la cabeza y el cuello con los que están asociados. Algunos están asociados con sentidos especiales como la vista, el olfato y el oído. Los nervios craneales inervan los músculos de la mandíbula, la cara, la faringe, la laringe, la lengua y el cuello.

A diferencia de los nervios espinales, que se unen a la médula a intervalos regulares, los nervios craneales se unen al cerebro a intervalos irregulares. No todos tienen raíces dorsales (sensoriales) y ventrales (motoras). Algunos tienen funciones motoras, algunos tienen funciones sensoriales y algunos tienen funciones mixtas. Su origen, distribución, conexiones cerebrales y troncoencefálicas, funciones y evolución son complicados. Tradicionalmente, se los designa con números romanos: nervio craneal I, olfativo; nervio craneal II, óptico; nervio craneal III, oculomotor; nervio craneal IV, troclear; nervio craneal V, trigémino; nervio craneal VI, abducens; nervio craneal VII, facial; nervio craneal VIII, acústico-vestibular; nervio craneal IX, glosofaríngeo; nervio craneal X, vago; nervio craneal XI, accesorio espinal; y nervio craneal XII, hipogloso.






Webb, W., & Adler, R. K. (2016). Neurology for the Speech-Language Pathologist - E-Book (English Edition) (6.a ed.). Mosby.