- Es la dificultad para tragar, y significa que el proceso de mover los alimentos o los líquidos de la boca al estómago requiere más tiempo y esfuerzo, y también puede estar asociada a dolor. En algunos casos, puede ser imposible tragar.
- La disfagia persistente puede indicar una enfermedad grave que requiere tratamiento.
- Puede ocurrir a cualquier edad, pero es más frecuente en adultos mayores.
Síntomas
- Dolor al tragar (odinofagia)
- Imposibilidad de tragar
- Sensación de que los alimentos se atascan en la garganta o en el pecho, o detrás del esternón.
- Babeo
- Voz ronca
- Regreso de los alimentos a la boca (regurgitación)
- Acidez estomacal frecuente
- Regreso de los alimentos o del ácido estomacal a la garganta (reflujo)
- Adelgazamiento repentino
- Tos o arcadas al tragar
- Tener que cortar los alimentos en trozos más pequeños o evitar determinados alimentos debido a los problemas para tragar.
Causas
Tragar es un proceso complejo, y existen diversas afecciones que pueden interferir en él. A veces, no es posible identificar la causa de la disfagia. Sin embargo, esta suele pertenecer a una de las siguientes categorías.
1. Disfagia esofágica:
Se refiere a la sensación de que los alimentos se pegan o se quedan atascados en la base de la garganta o en el pecho después de haber comenzado a tragar. Algunas de las causas de la disfagia esofágica incluyen las siguientes:
- Acalasia. Cuando el músculo esofágico inferior (esfínter) no se relaja adecuadamente para permitir que los alimentos ingresen al estómago, puede hacer que los alimentos regresen a la garganta. También es posible que los músculos de la pared del esófago estén débiles, una afección que tiende a empeorar con el tiempo.
- Espasmo difuso. Esta afección hace que el esófago se contraiga varias veces con mucha presión y de manera descoordinada, en general, después de tragar. El espasmo difuso afecta los músculos involuntarios de las paredes de la parte inferior del esófago.
- Estenosis esofágica. Un estrechamiento del esófago (estenosis) puede atrapar trozos grandes de alimento. Los tumores o el tejido cicatricial, a menudo causados por la enfermedad del reflujo gastroesofágico (GERD, por sus siglas en inglés), pueden causar estrechamiento.
- Tumores esofágicos. La dificultad para tragar tiende a empeorar de manera progresiva cuando se presentan tumores esofágicos.
- Cuerpos extraños. A veces, los alimentos u otros objetos pueden obstruir, de manera parcial, la garganta o el esófago. Los adultos mayores con dentaduras postizas y las personas que tienen dificultad para masticar los alimentos tienen más probabilidades de que un trozo de alimento se quede atascado en la garganta o en el esófago.
- Anillo esofágico. El estrechamiento de la parte inferior del esófago puede provocar dificultad para tragar los alimentos sólidos de manera intermitente.
- Enfermedad del reflujo gastroesofágico. El daño a los tejidos esofágicos provocado por el ácido estomacal que se acumula en el esófago puede provocar espasmos o cicatrices y estrechamiento de la parte inferior del esófago.
- Esofagitis eosinofílica. Esta afección, que puede estar relacionada con una alergia alimentaria, es causada por una sobrepoblación de células llamadas eosinófilos en el esófago.
- Esclerodermia. La presencia de tejido similar a una cicatriz, que causa rigidez y endurecimiento de los tejidos, puede debilitar el esfínter esofágico inferior, permitiendo que el ácido se acumule en el esófago y cause acidez estomacal frecuente.
- Radioterapia. Este tratamiento para el cáncer puede causar inflamación y cicatrización del esófago.
2. Disfagia orofaríngea:
Hay determinadas afecciones que pueden debilitar los músculos de la garganta, lo que provoca dificultad para pasar los alimentos de la boca a la garganta y al esófago al comenzar a tragar. Es posible que te ahogues, tengas arcadas o tosas al intentar tragar, o que sientas que los alimentos o los líquidos bajan por la tráquea o suben por la nariz. Esto puede provocar neumonía. Las causas de la disfagia orofaríngea incluyen las siguientes:
- Trastornos neurológicos. Determinados trastornos, como la esclerosis múltiple, la distrofia muscular y la enfermedad de Parkinson, pueden provocar disfagia.
- Daño neurológico. El daño neurológico repentino, como el que se produce por un accidente cerebrovascular o por una lesión en el cerebro o la médula espinal, puede afectar la capacidad para tragar.
- Divertículo faringoesofágico (divertículo de Zenker). Es un pequeño reservorio que se forma y acumula partículas de alimentos en la garganta, con frecuencia justo arriba del esófago, y provoca dificultad para tragar, sonidos de gorjeo, mal aliento y tos o carraspeo reiterado.
- Cáncer. Ciertos tipos de cáncer y algunos tratamientos oncológicos, como la radioterapia, pueden ocasionar dificultad para tragar.
Factores de riesgo
- Envejecimiento. Debido al envejecimiento natural y al desgaste normal del esófago, además de un mayor riesgo de padecer determinadas afecciones, como un accidente cerebrovascular o la enfermedad de Parkinson, los adultos mayores presentan un mayor riesgo de tener dificultades para tragar. Sin embargo, la disfagia no se considera un signo normal de envejecimiento.
- Algunas enfermedades. Las personas que presentan ciertos trastornos neurológicos o del sistema nervioso son más propensas a tener dificultad para tragar.
Complicaciones
- Desnutrición, pérdida de peso y deshidratación. La disfagia puede dificultar la ingesta de alimentos y líquidos adecuados.
- Neumonía por aspiración. Los alimentos o líquidos que ingresan a las vías respiratorias cuando se trata de tragar pueden causar neumonía por aspiración, debido a que los alimentos pueden introducir bacterias a los pulmones.
- Atragantamiento. Cuando la comida se atasca en la garganta, se puede producir atragantamiento. Si el alimento bloquea completamente las vías respiratorias y nadie interviene con una maniobra de Heimlich exitosa, puede producirse la muerte.