- Un accidente cerebrovascular (ACV) ocurre cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe o se reduce, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes.
- Las células cerebrales comienzan a morir en minutos.
- Un ACV es una emergencia médica, y el tratamiento oportuno es crucial. La acción temprana puede reducir el daño cerebral y otras complicaciones.
Síntomas
- Dificultad para hablar y entender lo que otros están diciendo. Se puede experimentar confusión, dificultad para articular las palabras o para entender lo que se dice.
- Parálisis o entumecimiento de la cara, el brazo o la pierna. Puede desarrollar entumecimiento súbito, debilidad o parálisis en la cara, el brazo o la pierna. Esto a menudo afecta solo un lado del cuerpo. Además, un lado de la boca puede caerse cuando trate de sonreír.
- Problemas para ver en uno o ambos ojos. Repentinamente, puede existir visión borrosa o ennegrecida en uno o ambos ojos, o ver doble.
- Dolor de cabeza. Un dolor de cabeza súbito y grave, que puede estar acompañado de vómitos, mareos o alteración del conocimiento.
- Problemas para caminar. Puede tropezar o perder el equilibrio. También mareos repentinos o pérdida de coordinación.
Causas
Existen dos causas principales de ACV: una arteria bloqueada (ACV isquémico) o filtración o ruptura de un vaso sanguíneo (ACV hemorrágico). Algunas personas pueden tener sólo una interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro, conocida como un ataque isquémico transitorio (AIT), que no causa síntomas duraderos.
1. ACV isquémico
Este es el tipo más común de ACV. Ocurre cuando los vasos sanguíneos del cerebro se estrechan o se bloquean, y causan una importante reducción del flujo sanguíneo (isquemia). Los vasos sanguíneos se bloquean o se estrechan debido a la acumulación de depósitos de grasa o de coágulos sanguíneos u otros desechos que viajan a través de la sangre y se alojan en los vasos sanguíneos del cerebro.
2. ACV hemorrágico
Ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro gotea o se rompe. Las hemorragias cerebrales pueden ser el resultado de muchas afecciones que afectan los vasos sanguíneos. Los factores relacionados con el ACV hemorrágico incluyen lo siguiente:
- Presión arterial alta no controlada
- Sobretratamiento con anticoagulantes
- Protuberancias en puntos débiles de las paredes de los vasos sanguíneos (aneurismas)
- Traumatismo (como un accidente automovilístico)
- Depósitos de proteínas en las paredes de los vasos sanguíneos que provocan una debilidad en la pared del vaso (angiopatía amiloide cerebral)
- Accidente cerebrovascular isquémico que causa hemorragia
- Una causa menos común de sangrado en el cerebro es la ruptura de una maraña anómala de vasos sanguíneos de paredes delgadas (malformación arteriovenosa).
3. Accidente isquémico transitorio (AIT)
Un accidente isquémico transitorio, a veces conocido como mini ACV, es un período temporal de síntomas similares a los que se presentan en un ACV. Un IAT no causa daño permanente. Se produce por una disminución temporal del suministro de sangre a una parte del cerebro, que puede durar tan solo cinco minutos.
Al igual que con el ACV isquémico, el AIT ocurre cuando un coágulo o restos reducen o bloquean el flujo sanguíneo a una parte del sistema nervioso. Tener un IAT aumenta el riesgo de sufrir un ACV posteriormente.
Factores de riesgo
Muchos factores pueden aumentar el riesgo de sufrir un ACV. Los factores de riesgo de ACV potencialmente tratables incluyen:
1. Factores de riesgo relacionados con el estilo de vida
- Tener sobrepeso u obesidad
- Inactividad física
- Beber en exceso o darse atracones de bebida
- Uso de drogas ilegales como la cocaína y la metanfetamina
2. Factores de riesgo médicos
- Presión arterial alta
- Fumar cigarrillos o exposición al humo de segunda mano
- Colesterol alto
- Diabetes
- Apnea obstructiva del sueño
- Enfermedad cardiovascular, incluidos insuficiencia cardíaca, defectos cardíacos, infección cardíaca o ritmo cardíaco anormal, como fibrilación auricular
- Antecedentes personales o familiares de ACV, ataque cardíaco o ataque isquémico transitorio
3. Otros factores asociados con un riesgo más alto de ACV incluyen:
- Edad: Las personas de 55 años de edad o mayores tienen un riesgo más alto de ACV que las personas más jóvenes.
- Raza: Los afroamericanos tienen un riesgo más alto de accidente cerebrovascular que las personas de otras razas.
- Sexo: Los hombres tienen un riesgo más alto de ACV que las mujeres. Las mujeres generalmente son mayores cuando tienen accidentes cerebrovasculares y tienen más probabilidades de morir de ellos que los hombres.
- Hormonas: El uso de píldoras anticonceptivas o terapias hormonales que incluyen estrógeno aumenta el riesgo.
Complicaciones
Un ACV a veces puede causar discapacidades temporales o permanentes, según cuánto tiempo el cerebro carece de flujo sanguíneo y qué parte fue afectada. Las complicaciones pueden ser las siguientes:
- Parálisis o pérdida del movimiento muscular. Puedes quedar paralizado de un lado del cuerpo o perder el control de ciertos músculos, como los de un lado de la cara o de un brazo.
- Dificultad para hablar o tragar. Un accidente cerebrovascular puede afectar el control de los músculos de la boca y la garganta, dificultando que puedas hablar con claridad, tragar o comer. También puedes tener dificultad con el lenguaje, incluido hablar o entender el habla, leer o escribir.
- Pérdida de memoria o dificultades para pensar. Muchas personas que han tenido accidentes cerebrovasculares experimentan algo de pérdida de memoria. Otras pueden tener dificultades para pensar, razonar, opinar y comprender conceptos.
- Problemas emocionales. Las personas que han tenido accidentes cerebrovasculares pueden tener más dificultad para controlar sus emociones o pueden sufrir depresión.
- Dolor. Se puede presentar dolor, entumecimiento u otras sensaciones inusuales en las partes del cuerpo afectadas por el accidente cerebrovascular. Por ejemplo, si un accidente cerebrovascular hace que pierdas la sensibilidad en el brazo izquierdo, puedes desarrollar una sensación de hormigueo incómoda en ese brazo.
- Cambios en la conducta y en la capacidad de cuidado personal. Las personas que han tenido accidentes cerebrovasculares pueden volverse más retraídas. Es posible que necesiten ayuda con el aseo personal y las tareas diarias.
Prevención
Muchas estrategias de prevención de accidentes cerebrovasculares son las mismas que las estrategias de prevención de enfermedades cardíacas. En general, las recomendaciones para un estilo de vida saludable incluyen:
- Controlar la presión arterial alta (hipertensión). Esta es una de las cosas más importantes que puedes hacer para reducir el riesgo de ACV. Si has tenido un accidente cerebrovascular, bajar tu presión arterial puede ayudar a prevenir un accidente isquémico transitorio o un accidente cerebrovascular posteriores. Con frecuencia, se utilizan cambios en el estilo de vida y medicamentos saludables para tratar la hipertensión arterial.
- Reducir la cantidad de colesterol y grasas saturadas en la dieta. Comer menos colesterol y grasas, especialmente grasas saturadas y grasas trans, puede reducir la acumulación en tus arterias. Si no puedes controlar tu colesterol solo a través de cambios en la dieta, el médico te puede recetar un medicamento para bajar el colesterol.
- Dejar de fumar. Fumar aumenta el riesgo de apoplejía para fumadores y no fumadores expuestos al humo de segunda mano. Dejar de fumar reduce el riesgo de sufrir un ACV.
- Controlar la diabetes. La dieta, el ejercicio y la pérdida de peso pueden ayudarte a mantener tu nivel de glucosa sanguínea dentro de un rango saludable. Si los factores del estilo de vida no parecen ser suficientes para controlar tu diabetes, el médico puede recetarte medicamentos para la diabetes.
- Mantener un peso saludable. El sobrepeso contribuye a otros factores de riesgo de accidente cerebrovascular, como la presión arterial alta, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
- Consumir una dieta rica en frutas y verduras. Una dieta que contenga cinco o más porciones diarias de frutas o verduras puede reducir tu riesgo de accidente cerebrovascular. La dieta mediterránea, que hace hincapié en el aceite de oliva, las frutas, las nueces, las verduras y los cereales integrales, puede ser útil.
- Hacer ejercicio en forma regular. El ejercicio aeróbico reduce tu riesgo de accidente cerebrovascular en muchas maneras. El ejercicio puede reducir tu presión arterial, aumentar tus niveles de colesterol bueno y mejorar la salud general de tus vasos sanguíneos y tu corazón. También te ayuda a perder peso, controlar la diabetes y reducir el estrés. Haz gradualmente hasta por lo menos 30 minutos de actividad física moderada, como caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta la mayoría de los días de la semana, si no en todos.
- Beber alcohol con moderación, si es que lo haces. El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares isquémicos y hemorrágicos. El alcohol también puede interactuar con otros medicamentos que estés tomando. Sin embargo, beber cantidades pequeñas a moderadas de alcohol, como una bebida al día, puede ayudar a prevenir el accidente cerebrovascular isquémico y disminuir la tendencia a la coagulación de la sangre. Habla con tu médico acerca de lo que es apropiado para ti.
- Tratar la apnea obstructiva del sueño (AOS). El médico puede recomendar un estudio del sueño si tienes síntomas de apnea obstructiva del sueño, un trastorno del sueño que hace que dejes de respirar por períodos cortos repetidamente mientras duermes. El tratamiento para la apnea obstructiva del sueño incluye un dispositivo que administra presión positiva en las vías respiratorias a través de una máscara para mantenerlas abiertas mientras duermes.
- Evitar las drogas ilegales. Ciertas drogas callejeras, como la cocaína y la metanfetamina, son factores de riesgo establecidos para un accidente isquémico transitorio o un ACV.
Medicamentos preventivos
El médico puede recomendar medicamentos para ayudar a reducir el riesgo de sufrir otro ACV. Estos incluyen:
El médico puede recomendar medicamentos para ayudar a reducir el riesgo de sufrir otro ACV. Estos incluyen:
- Medicamentos antiplaquetarios. Las plaquetas son células en la sangre que forman coágulos. Los medicamentos antiplaquetarios hacen que estas células sean menos pegajosas y menos propensas a coagularse. El medicamento antiplaquetario más comúnmente utilizado es la aspirina. El médico podría prescribir Aggrenox, una combinación de aspirina en dosis bajas y el medicamento antiplaquetario dipiridamol para reducir el riesgo de coagulación de la sangre. Después de un accidente isquémico transitorio o un ACV menor, el médico puede administrarte aspirina y un fármaco antiplaquetario como clopidogrel (Plavix) durante un tiempo para reducir el riesgo de otro ACV. Si no puedes tomar aspirina, tu médico puede prescribir clopidogrel solo.
- Anticoagulantes. Estos medicamentos reducen la coagulación de la sangre. La heparina es de acción rápida y se puede utilizar a corto plazo en el hospital. La warfarina de acción más lenta (Coumadin, Jantoven) se puede usar a largo plazo. La warfarina es un medicamento poderoso para anticoagular la sangre, por lo que deberás tomarla exactamente como se indica y estar atento a los efectos secundarios. También necesitarás hacerte análisis de sangre regulares para controlar los efectos de la warfarina. Existen varios medicamentos anticoagulantes más nuevos para prevenir los ACV en personas que tienen un alto riesgo. Estos medicamentos incluyen dabigatrán (Pradaxa), rivaroxabán (Xarelto), apixabán (Eliquis) y edoxabán (Savaysa). Son de acción más corta que la warfarina y por lo general no requieren exámenes de sangre regulares ni monitoreo por parte del médico. Estos medicamentos también se asocian con un menor riesgo de complicaciones hemorrágicas.