Test para evaluar procesos de simplificación fonológica (TEPROSIF)


Es el único instrumento creado y normado en nuestro país para contribuir a la detección de niños con trastorno fonológico. Este problema dificulta la comunicación y puede afectar el aprendizaje de la lectura y escritura.

Es recomendado en los Decretos N°192 (1997) y N° 1300 (2002) del MINEDUC y es utilizado en todas las escuelas especiales de lenguaje del país. Utilizado en niños de 3 a 6 años.

Identifica en el niño los procesos simplificados de la producción fonológica de sus palabras. Entrega las normas para establecer si la cantidad de procesos que presentan corresponde a lo esperable para su edad. Tiene un barrido inicial del desempeño fonológico a través del análisis de los 15 primeros ítemes. Contribuye a la evaluación del desempeño fonológico de los niños y ser de utilidad para los profesionales vinculados con desarrollo del lenguaje y sus alteraciones. Existen tres tipos de Procesos de Simplificación Fonológica (PSF): relacionados con la sílaba, de sustitución y de asimilación.

Consideraciones generales
Se aplica de forma individual en un lugar con condiciones ambientales adecuadas. El evaluador debe estar familiarizado previamente con la prueba, la modalidad de aplicación, registro, análisis e interpretación de los resultados. Si el niño durante la prueba se cansa o se distrae es posible suspender momentáneamente la evaluación. El evaluador se sienta junto al niño con el set de láminas al frente de ambos. Se evita así el que el menor visualice el modelo articulatorio entregado por el adulto.

Instrucción
"Mira, te voy a mostrar unos dibujos y a decir algo acerca de ellos. Con el dibujo de arriba te digo una frase completa y cuando te muestre el de abajo, la frase la tienes que completar tú. Veamos si entendiste bien lo que hay que hacer"

Luego, se utilizan las láminas de ejemplo (1 y 2) para familiarizar al niño con la tarea. "Mira aquí hay un pato" (se le muestra el dibujo de la parte superior de la hoja) y ahora mira acá (señalándole el dibujo de la parte inferior de la hoja): "En el agua está el ......" y se espera que el niño complete la oración utilizando la palabra estímulo.

Con el segundo ejemplo, se procede de la misma manera ("Mira, aquí hay una galleta y ahora mira acá: El niño se come la .......") Si el niño comprende las instrucciones y completa la oración inconclusa, se procede a aplicar el test.

No es válido emplear la repetición.
Si el niño no identifica el dibujo, se puede formular un comentario breve que incluya la palabra del estímulo. Así frente al ejemplo 1, es posible comentar "Mira, que lindo el pato, tiene alas". Si no comprende el primer ejemplo, se utiliza el segundo. Si aún así no entiende o no responde, no se debe aplicar la prueba. Tampoco se recomienda usarla cuando la expresión es muy ininteligible, lo que dificultaría el análisis.


Registro de respuestas
Los registros del niño se anotan fonológicamente en la 2da columna de la Hoja de respuestas. Es importante que se registren con exactitud las emisiones, por ello, es conveniente grabar las respuestas para verificar luego la fidelidad del registro. Una transcripción precisa facilita el análisis posterior y la interpretación del desempeño total del niño. La opción más simple, es la conocida como "verbatim" en inglés que corresponde a una transcripción literal de las emisiones infantiles usando el alfabeto ortográfico (por ejemplo, "agüelita").

La otra opción es el uso de alfabetos fonéticos como el AFI (Alfabeto Fonético Internacional). Dado que los usuarios no son lingüistas especializados, se propone utilizar una transcripción fonológica basada en el AFI cuyos signos son más similares al ortográfico. Se enmarcarán entre // las palabras transcritas en una transcripción fonológica amplia, donde se incluirán algunos alófonos como /h/ para la aspiración y /j/ para la realización semiconsonántica de /i/, por ejemplo en /djárjo/ (diario).

Es necesario marcar siempre gráficamente con tilde (´) la sílaba tónica o acentuada emitida por el niño en cada palabra. Los fonemas vocálicos se transcriben usando los grafemas minúsculos usuales para vocales (a,e,i,o,u). En los fonemas consonánticos, debe cautelarse transcribir el fonema presente en la producción oral del niño (y no la letra correspondiente a la versión escrita de la palabra según normas ortográficas).